Ponferrada
Baja la edad media de las mujeres atendidas en Ponferrada por violencia de género, algunas son menores
Los trabajadores del Ayuntamiento de Ponferrada, así como la corporación municipal, la Policía Local, la Guardia Civil, y el Consejo Municipal de las Mujeres han guardado este medio día un minuto de silencio a las puertas del consistorio en homenaje a las víctimas de la violencia machista de este año, y con motivo de la celebración del 25N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
Las cifras son preocupantes e indican que todavía queda mucho por hacer. Según los datos aportados por todas las entidades participantes en el Consejo Municipal faltan recursos para atender a las víctimas de las violencia de género.
Otro punto que se ha destacado es que no se ofrecen suficientes alternativas habitacionales para que las víctimas puedan independizarse de sus agresores y no tengan que volver a convivir con ellos.
Por otro lado, las medidas de seguimiento tienen que ser mejoradas, más ahora cuando las cifras de intervenciones han vuelto niveles prepandemia. Pero sin duda lo que más preocupa en el Observatorio Municipal es el descenso en la edad media de las mujeres atendidas, algunas de ellas menores, porque no requieren de acompañamiento, están retirando las denuncias y no son conscientes de que están siendo víctimas de violencia machista.
La concejalía de Igualdad y el propio Alcalde, Olegario Ramón, han manifestado su compromiso con las mujeres y destacan la aplicación de programas, como Bioegen, para la protección de las mujeres maltratadas.
Desde Igualdad se destacan otras iniciativas que se están llevando a cabo como la concienciación de la ciudadanía a través de las actividades de la Universidad Feminista, la formación en centros escolares con charlas, las campañas de denuncia contra el sistema prostitucional, la integración de un agente de Igualdad en la corporación y el Plan de Igualdad que se está redactando.
Además del minuto de silencio, el homenaje se ha escenificado, con la lectura de un manifiesto y de los nombres de las víctimas, y con 70 sillas con un lazo violeta, una por cada mujer asesinada, y 5 más por los hijos que también han muerto a manos de sus padres.