Ciencia
Ciencia y cultura se dan la mano en la Noche Templaria
El Castillo de los Templarios acoge las primeras jornadas sobre ciencia que se celebran con motivo de la Noche Templaria. Al frente de las mismas y como coordinador está Sergio Barrio (profesor10mates) quien en la inauguración, acompañado por la concejal de Cultura, María Antonia Gancedo, ha manifestado que la ciencia, la cultura y la educación forman parte de los tres pilares básicos de la sociedad.
Un concepto sobre el que también ha incidido uno de los ponentes participantes, el físico teórico, Saul Ares, quien ha afirmado que las jornadas le parecen una iniciativa formidable ya que ponen de manifiesto que la ciencia y la cultura pueden ir de la mano ya que son parte de lo mismo. Ares va a hablar sobre el desarrollo embrionario y trabaja actualmente en el departamento de Matemáticas de la Universidad Carlos III de Madrid.
La farmacéutica afincada en Astorga e investigadora sobre biología molecular, Marisa Alonso Núñez, ha escogido el tema de la medicina genética a la carta para tratar en su charla y en la mesa redonda que está organizada para el final de la tarde ya que, las Jornadas se celebran de 16 a 21 horas.
El tercer ponente es Alfredo Corell, quien en la inauguración ha reseñado que la educación no ha evolucionado prácticamente nada desde los griegos. Su charla versa sobre cómo educar en el siglo XXI ya que según Corell el Plan Bolonia es un mero maquillaje que se necesita un cambios radical. El estudiante debe ser el sujeto principal de la educación, “El alumno se debe automotivar con la ayuda del profesor aplicando técnicas como el trabajo en equipo o el aprendizaje inverso”, ha afirmado el profesor de la facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid.
La profesora del departamento de Urbanismo y Organización del Territorio de la Universidad de Cantabria, Virginia Carracedo, ha puesto sobre la mesa el tema de los incendios haciendo hincapié en que el cambio de las prácticas relacionadas con el fuego y el campo desde los años 80 y el aumento de la superficie forestal como consecuencia del abandono del mundo rural ha producido la quema descontrolada de los bosques. Según Carracedo, la solución pasa por una mejor gestión integral no solo de la extinción sino de la prevención y de otras líneas de trabajo.