Cultura
Durante el siglo XIX las iglesias leonesas sufrieron 200 robos de alhajas para extraer la plata
Es uno de los trece estudios que se presentan en la revista Bierzo editada por el Archivo Histórico de la Basílica de la Encina con la colaboración de 17 historiadores. En ‘Los robos de alhajas en las iglesias leonesas durante el siglo XIX’, José Antonio Balboa saca a la luz este hecho que, aunque parece menor, supuso la desaparición de muchos elementos ligados a la liturgia. Muchos de esos robos quedaron registrados y en los mismos se perdieron piezas históricas relevantes del patrimonio.
La Revista la han presentado hoy Miguel Ángel Pérez, José Antonio Balboa, Miguel José García, y Javier Ramón Teijelo.
El historiador, Miguel José García González (Jota), desgrana en su trabajo las aportaciones cántabras a la burguesía berciana con los comerciantes pasiegos Pelayo en Ponferrada. En el mismo, García desgrana como fue la llegada de esta familia a Ponferrada tras la Guerra Patria y que se sumó a otras burguesas de Cataluña, Fornela y Ancares, cuyos nombres quedaron en algunas calles de la ciudad y que el autor revindica no se pierdan, ya que forman parte de la historia del desarrollo del comercio y de la burguesía en el Bierzo.
Otro artículo muy interesante es el de Javier Ramón Teijelo sobre el ferrocarril de Villafranca del Bierzo a Ribadeo, un proyecto que nunca se llegó a ejecutar pero que fue uno de los sueños industriales de Julio Lazúrtegui para el Bierzo, que tenía que ver con la construcción de una gran siderurgia en las proximidades de Ponferrada para procesar el hierro berciano de los cotos Wagner y Vivaldi a escala industrial. La línea Villafranca del Bierzo a Ribadeo sería la salida para evacuar toda esa producción así como la procedente de las minas de carbón.
La revista incluye otros artículos que tiene que ver con dos piezas de origen nórdico que se encontraron en la iglesia de San Esteban de Valdueza, el Camino de Santiago por las puentes de Mal Paso, la viticultura y los pleitos entre Ponferrada y el Monasterio de Carracedo, o las campanas de la basílica de la Encina, entre otros.