Bierzo
El Acebo, el pueblo de entrada al Bierzo en el que todo el mundo es bienvenido, celebra la Fiesta del Turista
La Junta Vecinal del Acebo celebró el pasado fin de semana la Fiesta del Turista con un programa de actividades para todos los visitantes y peregrinos que llenan sus calles durante estos días del mes de agosto
El Acebo de San Miguel es parada obligatoria en el Camino de Santiago Francés, acoge a los peregrinos que vienen desde Rabanal del Camino y Foncebadón atravesando lugares emblemáticos como la Cruz de Ferro o Manjarín. Es uno de los ocho pueblos del municipio de Molinaseca y por el que se entra al Bierzo, a más de 1.100 metros de altitud ofreciendo vistas increíbles de la comarca.
El pueblo, que está atravesado en su totalidad por la calle Real, cuenta con alojamientos y restaurantes que se llenan en los meses de verano con los peregrinos del Camino y los visitantes que regresan todos los veranos a encontrarse con familiares, amigos y vecinos de otros tiempos. Sin ser originarios del pueblo, otros vuelven porque disfrutan con la tranquilidad y el tiempo fresco que les ofrece el entorno.
El pueblo, que tiene el encanto de muchas localidades del Bierzo por su arquitectura tradicional, ha experimentado un gran cambio con la restauración de muchas de sus casas y la creación de zonas de esparcimiento y rutas para los amantes del senderismo.
En el Acebo se puede disfrutar todos los años, en la primera semana de agosto, de la Fiesta del Turista, creada por la Junta Vecinal con la intención de reunir y hacer partícipes a todos sus habitantes de las actividades organizadas con la colaboración del Ayuntamiento de Molinaseca, como recuerda su actual pedáneo, José Luis Alejandre.
Una de esas personas vinculadas al pueblo es Joaquín Clara, se casó con una vecina y desde entonces ha sido testigo de la evolución del pueblo porque además, es uno de los campaneros de la iglesia de San Miguel del siglo XVI en la que la que los peregrinos pueden sellar su credencial, es de esos pocos que todavía recuerdan los diferentes tipos de repiques de campanas que antes se utilizaban para convocar a los vecinos.
Para mantener esa tradición, Joaquín volvió a hacer sonar las dos campanas de San Miguel para avisar a los vecinos del inicio de la procesión de la Virgen del Rosario y la misa que forman parte del programa de la Fiesta del Turista y para recordar que en el Acebo todo el mundo es bienvenido.