Educación
El alcohol hace más populares a los jóvenes pero no les ayuda a ganar amigos
La enfermera Enedina Quiroga defendió el pasado 14 de diciembre en el Campus de Ponferrada la tesis doctoral ‘Estudio de los factores estructurales y los patrones de consumo de alcohol en escolarizados’. Destacó que a pesar de que los niveles de consumo de alcohol han disminuido a nivel mundial en los últimos años, “continúa siendo un problema importante de salud pública con un significativo incremento de consecuencias negativas biopsicosociales en la población”.
El estudio revela la vulnerabilidad de los jóvenes ante el alcohol debido principalmente a que en esa franja de edad hay un deseo de obtener experiencias novedosas e intensas, ampliar sus propias redes de contacto, buscar autonomía y construir una identidad propia.
La muestra sobre la que se efectuó el estudio estuvo formada por 195 adolescentes con edades comprendidas entre los 16 y 19 años, pertenecientes a cuatro institutos públicos del Bierzo. Se administró un cuestionario online, mediante instrumentos validados y otros ‘ad-hoc’ para cubrir el interés de la investigación. Entre los resultados obtenidos hay que destacar que “del total de la muestra, 110 alumnos presentaban un consumo de riesgo de alcohol, y dicho consumo se vio asociado significativamente con el género femenino”.
El estudio reseña que el adolescente con consumo de riesgo de alcohol tiende conectarse más fácilmente con el resto de la red que aquellos que no presentan un consumo de riesgo. Este hallazgo contradice el hecho de que el acto de beber se lleve a cabo con amigos íntimos, lo que se puede explicar en el rechazo que se genera, ya que “no es fácil mantener una relación de verdadera amistad con una persona que consuma alcohol, y más en márgenes de riesgo, dado que este tipo de amistad establece ciertos límites en las acciones, de manera que no alienta el comportamiento del adolescente hacia el consumo”.
En el apartado de conclusiones, la tesis defiende que los jóvenes se caracterizan por ser “muy influenciables por el entorno social en el que se hallan inmersos, de modo que el adolescente influye en sus contactos, y éstos a su vez sobre el adolescente”, por lo que “tener conocimiento sobre el patrón de relaciones de adolescentes es un punto clave para el diseño de estrategias preventivas en este importante problema de salud pública”.