Hospitaleros de Molinaseca promueven el proyecto del Camino de Santiago ‘Calle Mayor de Europa’

Alfredo Álvarez, Marta Álvarez e Ignacio Bosch hablan de su experiencia como hospitaleros en Molinaseca a través de la asociación Calle Mayor de Europa que busca implicar a la juventud en la Ruta Jacobea

Calle Mayor de Europa es un proyecto promovido por su asociación homónina, con la colaboración del Ayuntamiento de Molinaseca y la coordinación de la Mancomunidad de Municipios Gallegos del Camino de Santiago Francés. Está financiado por la Unión Europea a través del Plan de Recuperación de Transformación y Resiliencia.

La Asociación, promueve a través de su portal los 20 tramos del Camino Frances, desde Somport-Obanos y Puente La Reina hasta Satiago-Fiesterra, y además de describir las localidades y entornos por los que pasa el Camino, habla también de las experiencias de los peregrinos y hostaleros a través de una serie de entrevistas.

En el tramo 15, Astorga-Molinaseca, participa el presidente de la Asociación y hospitalero, Alfredo Álvarez, que fue también uno de los impulsores del hermanamiento de Molinaseca con la ruta de peregrinación de la isla de Shikoku (Japón). Álvarez se pone como objetivo lograr que la juventud se enganche al Camino como experiencia transformadora ya que es más que una ruta turística, «El Camino tiene mucho de sanación, de interior, de buscarse a si mismo, de cambiar la forma de ver la vida. Eso es el día a día del peregrino», destaca el presidente.

El Camino es también un espacio para oír y compartir historias, para charlar con gentes de otras generaciones, «Yo digo que el Camino es como un cuentacuentos. Cuando hacía el Camino me gustaba mucho parar y hablar con los lugareños. Ahora te dan un folleto a la entrada del pueblo, pero se pierde el poder hablar con un vecino que te puede contar toda la historia de ese lugar. Hay que mirar muy bien cómo lo haces sin perder la esencia», añade Alfredo.

Por otro lado, el Presidente destaca que el mayor problema que tienen las asociaciones es el legado a la juventud, «Es difícil porque a la gente joven le cuesta entrar en el Camino. En las reuniones siempre somos los mismos. A los jóvenes hay que decirles que tienen que coger el relevo porque esto es bonito». Recuerda además que muchos jóvenes realizan la ruta, sobre todo en verano, pero que no se implican en los movimientos asociativos relacionados con la misma, «Es difícil encontrar hospitaleros jóvenes», afirma.

En su relato sobre cómo era el Camino Francés, Álvarez recuerda que antiguamente los mozos de las quintas, durante el siglo XVIII, se podían librar del reclutamiento militar forzoso de entonces cuidando el Camino de Santiago, a su paso por El Acebo, poniendo estacas en el camino para que los peregrino no se perdieran cuando la nieve era muy abundante. Además, en los días de mucha lluvia y niebla tocaban las campanas para orientarlos. «De esta manera, lo jóvenes lugareños del Acebo estaban exentos de hacer el servicio militar de entonces».

En el proyecto, participan también los hospitaleros Marta Álvarez Blanco e Ignacio Bosch Iniesta, ambos implicados con el desarrollo del Camino a su paso por Molinaseca, Marta desde que era pequeña en el albergue familiar, e Ignacio más recientemente como hospitalero colaborador eventual.