Escena
Juan Echanove y María Galiana protagonizan «Conversaciones con mamá»
Juan Echanove y María Galiana protagonizan Conversaciones con mamá, una propuesta teatral del guionista y director Santiago Carlos Oves, versioneada por Jordi Galcerán a partir de la película argentina del mismo título, que bucea en las relaciones madre-hijo jugando hábilmente tanto con la comedia como con el drama sentimental. La función llega al Bergidum el 22 de abril con el aval de la recomendación de la Red Española de Teatros y tras una larga gira a sus espaldas.
Mamá tiene ochenta y dos años y su hijo Jaime, cincuenta. Ambos viven en mundos muy diferentes. Jaime tiene mujer, dos hijos, una hermosa casa, dos coches y una suegra que atender. Mamá se las arregla sola y sobrelleva su vejez con dignidad. Pero un día ocurre lo inesperado; la empresa para la que trabaja Jaime lo deja en la calle por razones de reajuste de personal. La lamentable situación lo lleva a decisiones drásticas porque no puede mantener su tren de vida.
Madre e hijo conversan alrededor de un espinoso tema que dentro de su intimidad familiar hace saltar chispas en forma de risas, y alguna que otra vez nos humedece los ojos. La madre tiene que abandonar la casa familiar para que su hijo pueda venderla y salir del trago que atraviesa su familia por culpa de la crisis.
Echanove, protagonista y director del montaje, junto con María Galiana (con la que comparte labor en la ficción televisiva de Cuéntame), señala: «Creo firmemente en la ternura y el sentido del humor como factores decisivos para conseguir ese ansiado reverdecer tan necesario en esta nuestra sociedad que cada día debe más a la gente mayor, a esos padres y abuelos que al final de su ruta todavía tienen energía para tirar de su carro y del de todos nosotros».
Los diálogos entre madre e hijo van desvelando los distintos aspectos de esa relación que los protagonistas ven encuadrada dentro de “humor negro, serio”, dentro de una comedia “conmovedora”. Así, la manipulación en la que incurre Jaime para convencer a su madre de que se debe marchar de su propia casa “cae en esa forma de risa” porque, indica Echanove, “esta no es una función de merengue o empalagosa. El ingenio surge del contraste de pareceres”.
Echanove ha declarado que: “He hecho casi durante ocho años consecutivos dramones en los que intentaba manifestar al espectador el lado más oscuro y detestable del ser humano y llevarlo por ese camino… Tenía ganas de que la gente se riera”.