Bembibre
La comunidad de mujeres caboverdianas de Bembibre es un ejemplo de integración en el Bierzo
Como parte de las actividades programadas en la Semana Cultural del Botillo, el Ayuntamiento ha organizado una mesa redonda para debatir sobre la integración multicultural en Bembibre, con la participación de cuatro mujeres coboverdinas
La Semana Cultural del Botillo de Bembibre arrancó el sábado con la presentación de ‘Cuidados en la diáspora’, una exposición fotográfica perteneciente al Ministerio de Igualdad dedicada a las mujeres caboverdianas en España, en la que han colaborado también las mujeres de esta comunidad en Bembibre.
La muestra se ha complementado con una mesa redonda, moderada por Nicanor García Ordiz, en la que han participado Gilda Silva Andrade, María Celina Souto Moreira, Matilde Vieira de Barros y Verónica Mendonça da Costa, cuatro mujeres caboverdianas de diferentes generaciones que han aportado sus testimonios de vida.
Verónica Mendoça nació en Ponferrada y se crio en Torre del Bierzo, sus raíces son caboverdianas y manifiesta con orgullo que mantiene un estrecho vínculo con su familia en Cabo Verde, ya ha viajado al archipiélago cinco veces para conocer sus orígenes con un profundo sentimiento. Vínculos que mantiene también con su familia en Bembibre, celebrando las tradiciones de sus padres.
El caso de Matilde Vieira es diferente, nació en Cabo Verde y llegó al Bierzo en el año 1993, donde se reencontró con parte de su familia, su hermano, cuñada, sobrinos y amigos. Recuerda cómo fue su proceso de adaptación a la vida en Bembibre.
Aunque ahora la comunidad caboverdina local se ha reducido a unas 400 personas, durante las décadas de la minería del carbón llegaron a haber más de 3.000 caboverdianos en todo el Bierzo. Muchos, como es el caso de María Celina Souto, llegaron haciendo parada primero en Portugal. Ahora ya lleva viviendo en Bembibre 38 años.
Algunas mujeres viajaron hasta España siendo niñas, Gilda Silva lo hizo con tan solo 11 años. Aquí se reunió con sus padres y sus hermanos, cuatro de ellas nacidas en Cabo Verde. Para ella, la integración no fue fácil, sobre todo al principio cuando se tuvo que incorporar al colegio.
Ahora, al igual que sus compañeras, Gilda tiene aquí su familia, su trabajo y amistades, se consideran cabobercianas y son un ejemplo de integración en una sociedad que las aceptó abiertamente creando vínculos de por vida que han hecho que algunos, después de regresar a Cabo Verde, volvieran a Bembibre.