Cultura
La decadencia de la minería en clave de humor negro en «Carne de gallina»
Carne de gallina fue hace trece años una película escrita y dirigida por Javier Maqua. La adaptación teatral llega al Bergidum abriendo el programa de abono de invierno el viernes, 6 de febrero (21 horas). Las localidades se ponen a la venta el lunes, día 2. Ambas propuestas plantean en un tono de comedia negra la situación de decadencia de las cuencas mineras sujetas, como bien se conoce en el Bierzo, a sitaciones sociales límites como las que plantea la función, en la que en la que una familia sobrevive con la pensión del abuelo.
En Carne de gallina se cuenta como Luisón Quirós, un minero jubilado, el mismo día que logra casar a su hija mayor, muere en un prostíbulo. La familia, pendiente de la pensión y de un crédito que evite el desahucio de la casa familiar, dilata la certificación del fallecimiento. Una hermana de Luisón, sus tres hijos, otros tantos nietos y una nuera dependen del subsidio del minero. Ocultan el cadáver y llegan a meterlo en un congelador, pero la casualidad quiere que tengan que buscar entre sus ropas un resguardo de lotería que creían premiado. Finalmente, se han de enfrentar al médico dispuesto a denunciar la manipulación del cadáver; pero todo el pueblo colabora para evitar un proceso judicial y resolver con sentido común el conflicto.
Aunque ambientada en la cuenca minera asturiana, los responsables de Carne de Gallina quieren «extrapolar el conflicto, todo pasa en Asturias pero, ¿por qué no podría pasar en otros muchos lugares de España e incluso del mundo?». En la búsqueda de esa intención universalista, el montaje trabaja con un planteamiento estético más cercano a las atmósferas de Valle Inclán o Kusturica.
Un reparto integrado por Sandro Cordero, Sergio Gayol, Rosa Merás, Concha Rodríguez, Carmela Romero, Roberto Carlos Suárez, Jorge More y Mario Alberto Álvarez, bajo la dirección de Maxi Rodríguez, da vida a los personajes de esta coproducción en la que participan compañías asturianas y madrileñas.