Cacabelos
La Fundación Prada a Tope en contra de hipotecar el futuro paisajístico del Bierzo con parques solares
La Fundación Prada a Tope manifiesta su oposición ante la proliferación de parques fotovoltaicos y eólicos en el Bierzo y apunta a las consecuencias que tendrán en el medio rural y agrícola
Desde la Fundación se recuerda que la entidad no está en contra de las energía renovables pero que, en sus valores fundacionales, está la preservación del medio natural, el paisaje, la arquitectura tradicional y el mantenimiento de la riqueza agrícola de la comarca. Prueba de ello son los 5.000 árboles de 53 variedades que la Fundación ha plantado en 90.000 metros cuadrados.
Se apunta que tras décadas de explotación minera en el Bierzo lo que ha quedado es suciedad, escombreras y «mierda», «Cielos abiertos abandonados como los del Bierzo Alto o la gran corta que dejó Victorino en Fabero o espacios como San Miguel de la Dueñas tras las explotaciones de hierro, las escombreras de Torre e Igüeña y no digamos las que dejan las pizarreras en La Cabrera, o el desbarajuste que dejó Martínez Núñez en la cantera al lado de Las Médulas», recuerdan desde la Fundación.
Critica el gran número de parques fotovoltaicos que están «invadiendo» el Bierzo promovidos por multinacionales que buscan oportunidades de negocio y que necesitan para ello sol y redes eléctricas para comercializar la energía, redes que tiene el Bierzo por su pasado asociado a la minería del carbón y de la pizarra, «Es precisamente la proximidad a estas líneas eléctricas lo que hace apetecible el centro de la hoya berciana, justamente las tierras que tienen posibilidades agrícolas, donde están los viñedos históricos y donde están, incluso los regadíos», añaden.
Concretamente, Prada a Tope critica duramente el proyecto fotovoltaico promovido por Cacabelos Solar S.L. por el gran impacto visual que tendrá en Cacabelos, ya que está prevista su ubicación en 66 hectáreas al noroeste del pueblo.
«No debemos hipotecar esta fuente de riqueza que es el paisaje tan peculiar destrozando la agricultura y viticultura que tenemos para proveer de energía a los grandes núcleos de población y dejar nuestros pueblos abandonados a la buena de dios, como hasta ahora está pasando. Mucho hablar y hablar desde todos los foros de que el mundo rural se queda sin gente (la España vaciada), pero a la hora de la verdad todo son palabras y afirmaciones vacías dictadas desde la ignorancia que da el desconocimiento de la vida de nuestros pueblos», concluyen desde la Fundación.