Natura
La Junta inicia un proceso de radiomarcaje del oso pardo
El objetivo es afrontar los nuevos retos recogidos en la actual estrategia para la conservación del oso pardo en la Cordillera Cantábrica: profundizar en el uso del hábitat por el oso pardo, identificar corredores ecológicos, analizar los efectos de nuevas actividades en el medio natural, así como el seguimiento de osos habituados o problemáticos. Este proyecto, que se iniciará como experiencia piloto en el núcleo occidental de la especie en la provincia de León, estará coordinado con el Principado de Asturias, donde tendrá continuidad.
El desarrollo de un plan de radiomarcaje de oso pardo es de gran importancia para poder conocer los patrones de desplazamiento y actividad de los osos pardos cantábricos, especialmente en el escenario actual, en el que la población muestra una tendencia positiva, tanto en número total de individuos como en número de hembras con crías, y que se encuentra en expansión aunque todavía con una mínima conexión entre las dos subpoblaciones, la occidental y la oriental.
Este programa de radiomarcaje permitirá cuantificar la extensión y ubicación de las áreas de campeo reales de machos y hembras, adultos y subadultos, a lo largo de los diferentes períodos que caracterizan la biología del oso pardo, incluyendo la temporada de celo y la de hiperfagia, así como la fase previa a la hibernación; los movimientos de los subadultos a lo largo de la dispersión, lo cual es importante a la hora de planear posibles corredores que faciliten la conexión entre poblaciones, o para identificar y tratar de limitar el efecto barrera de algunas infraestructuras; los ritmos de actividad, los desplazamientos y el uso del espacio a lo largo de las diferentes fases del ciclo anual del oso; las características de los desplazamientos de los ‘osos conflictivos’, es decir, de aquellos individuos que más frecuentemente producen daños a propiedades humanas; y el posible efecto de algunas actividades humanas ‘nuevas’ para los osos de la Cordillera, como el turismo osero, que podría afectar a los ritmos de actividad, los desplazamientos y el uso del territorio.
Estos son algunos de los aspectos sobre los que el radiomarcaje puede ayudar a mejorar el conocimiento, pues son indispensables para gestionar pequeñas poblaciones amenazadas como la de los osos pardos de la Cordillera Cantábrica, siendo España el único país en la distribución europea del oso pardo en el que todavía no se ha realizado un estudio de radioseguimiento a largo plazo.
Este plan se iniciará como experiencia piloto en el núcleo occidental de la especie en la provincia de León, ampliándose posteriormente al núcleo occidental de Asturias, promoviéndose por tanto una gestión coordinada de la especie en su área de distribución.
Oso pardo cantábrico
El oso pardo cantábrico, especie emblemática y representativa de la naturaleza de las montañas cantábricas, está protegido por la legislación española desde el año 1973, incluido como especie en peligro de extinción en el Catálogo Español de Especies Amenazadas. También está protegido por la legislación europea, que lo incluye en la Directiva Hábitats como una especie prioritaria cuya conservación supone una especial responsabilidad.
El oso pardo dentro de la comunidad autónoma de Castilla y León ocupa dos zonas bien diferenciadas y con poca conectividad entre ellas: la zona occidental, que engloba la zona noroccidental de la provincia de León y que está unida a la población osera asturiana, la de mayor tamaño, y a la gallega, en expansión; y la zona oriental que engloba el extremo nororiental de la provincia de León y el norte de la provincia de Palencia, conectada con las zonas oseras de Cantabria.
De acuerdo con la última información disponible, las cuatro comunidades de la Cordillera Cantábrica, Asturias, Galicia, Cantabria y Castilla y León, contabilizaron el año 2018 un total de 38 osas (31 en la subpoblación occidental y 7 en la oriental) con 64 crías (52 en occidente y 12 en oriente) una vez finalizado el censo que los gobiernos de estas autonomías elaboran anualmente.