Arte
La Térmica Cultura presenta el viaje de ida y vuelta del artista Eduardo Arroyo a Robles de Laciana
La muestra que se presenta en la Sala de Condensadores de la Térmica Cultural está formada por 176 piezas, muchas de ellas inéditas, y expuestas en cuatro escenas o espacios
La Sala de Condensadores de la Térmica Cultural vuelve a abrir sus puertas para rendir homenaje a uno de los artistas españoles más significativos y referentes del siglo XX, Eduardo Arroyo, fallecido en el 2018 en Madrid, su ciudad natal, y lo hace con la muestra expositiva titulada ‘Eduardo Arroyo y Robles de Laciana. Viaje de ida y vuelta’.
Como ha señalado la director de los Museos y Cultura de CIUDEN, Concepción Fernández, está formada por 176 piezas, de las cuales, 149 pertenecen a la familia
La muestra tiene como objetivo no solo descubrir la amplísima obra literaria, pictórica y escultórica del autor sino también su vida, ligada durante mucho tiempo al pueblo de Robles de Laciana.
La exposición, que se presenta en la Térmica, es el resultado de la colaboración entre el Instituto Leonés de Cultura y la Fundación Ciudad de la Energía, como ha recordado el vicepresidente del ILC, Emilio Martínez, quien ha añadido que el proyecto ha sido posible gracias al trabajo realizado por el departamento de Arte y Exposiciones del Instituto, del que es director el comisario de la muestra, Luis García, quien ha diseñado la propuesta expositiva de manera poco común ya que se presenta como si de una obra de teatro se tratara.
El resultado no puede ser más espectacular, la propia viuda de Arroyo, Isabel Azcárate, presente en la inauguración, ha manifestado su satisfacción por la precisión, el detalle y el rigor de cada una de las cuatro escenas que componen la exposición.
El primer bloque destaca la localidad de Robles y su influencia en la infancia del autor. A continuación, el recorrido describe el autoexilio de Arroyo a París durante la Guerra Civil y la consolidación de sus posiciones políticas y críticas expresadas a través de la pintura. El tercer espacio, se dedica al fin de la dictadura y su regreso a España, y el cuarto a sus últimas obras creadas en Robles, el pueblo que Arroyo puso en el mapa expositivo internacional y por el que siempre lucho para su desarrollo económico, cultural y social.