El mal tiempo ha repercutido en las visitas que ha recibido Ponferrada durante la Semana Santa. Pese a ello, las cifras no han sido malas, solo el Castillo recibió a 8.200 personas en pocos días

El Alcalde de Ponferrada ha realizado una primera valoración de la repercusión que ha tenido la Semana Santa en la ciudad. Marco Morala ha marcado dos períodos, el primero hasta el Domingo de Ramos, y segundo desde el Lunes Santo hasta el Domingo de Resurrección donde la climatología adversa ha mermado las visitas.

Pese a las malas condiciones, las cifras no han sido malas, ha manifestado el Alcalde quien ha adelantado que entre el viernes de Ramos y el Domingo de Resurrección el Castillo ha recibido a 8.200 personas, «teniendo en cuenta que la afluencia más importante de turistas se ha concentrado desde el Miércoles Santo al Domingo de Resurrección, la realidad es que hay que valorar muy positivamente la afluencia turística a Ponferrada durante estos días», ha señalado. Los datos finales y el balance lo realizará el concejal de Turismo, Iván Alonso, ha recordado el Alcalde.

Por otro lado, Morala ha agradecido la implicación de todos los cofrades y hermandades que ha colaborado en el desarrollo de la Semana Santa de este año, «agradecer el trabajo de los cofrades de Ponferrada que durante todo el año han trabajado para que podamos disfrutar de esta Semana de Pasión en Ponferrada», ha afirmado, añadiendo que la intención del equipo de gobierno es seguir trabajando para conseguir la declaración de Interés Turístico Internacional para la Semana Santa ponferradina.

Por su parte, el mayordomo de la Real Hermandad de Jesús Nazareno, Salvador Fernández, ha reconocido que el desarrollo de las actividades programadas no ha sido el esperado debido al tiempo adverso, que ha obligado a tomar decisiones prácticamente momentos antes de que se iniciaran algunas de ellas, «han sido decisiones dolorosas porque se han tenido que cancelar varias procesiones», ha manifestado.

El Mayordomo ha recordado que las celebraciones realizadas en el interior de las Basílica de la Encina, San Pedro y San Andrés han tenido muy buena acogida de público, «ha sido muy bonito y también alguna lágrima he visto caer» ha concluido.