Cultura
Pedro Halffter interpreta hoy en Villafranca ‘Las variaciones de Goldberg’ de Bach
El Festival “Música en Villafranca” acoge esta tarde una de sus citas más importantes con la interpretación de “Las variaciones Goldberg”, de Johann Sebastian Bach, a cargo de Pedro Halffter. El concierto se celebrará en la Iglesia de San Nicolás, en Villafranca del Bierzo, y comenzarán a las 20 horas.
Por su importancia en la historia del clasicismo musical, por la belleza que el propio Bach impuso a ésta su creación y por su dificultad -sólo es accesible a los grandes virtuosos del instrumento puesto que muy pocos pianistas se han atrevido con ella- este concierto constituye en sí un evento que ningún melómano se puede perder. Y es que además de las cualidades reseñadas anteriormente hay que añadir la sensibilidad interpretativa del propio Pedro Halffter, aumentada más si cabe por el significado especial que esta composición tiene para él: “Las variaciones Goldberg” era la obra preferida de su madre, la gran pianista Marita Caro -cuyo merecido recuerdo quiere mantener año tras año con la celebración de este Festival-, y con esta interpretación le hace este guiño emotivo y cariñoso en cada edición.
Técnicamente, “Las variaciones Goldberg” están compuestas por un Aria inicial, treinta variaciones y la repetición final del Aria que abre la pieza. Por otra parte, decir que se trata de una obra maestra siendo música de Bach resulta casi obvio, pero sí es interesante destacar cómo el genio del compositor se manifiesta de manera apabullante incluso cuando trabaja en un género (la variación) que no le gustó demasiado.
“Las variaciones Goldberg” es una obra difícil de entender porque rara vez se escucha en su auténtica totalidad, no como unas variaciones al uso, sino como una necesidad absoluta para comprender toda la grandeza de su excelso contenido musical. La obra es, además, un auténtico compendio de las posibilidades del teclado y sólo accesible a grandes virtuosos del instrumento que, además, tengan un sentido del todo bachiano en su sitio. Naturalmente nació para ser interpretada al clave, pero es una de las obras para teclado de Bach que más aman los pianistas.