Cultura
Pedro Halffter y Eduardo Frías estrenan la obra ‘No hay tantas lluvias diferentes’ de Grundman
La de este sábado va a ser una tarde de contrastes en el concierto a dos pianos que nos ofrecerán Pedro Halffter y Eduardo Frías en la Iglesia de San Nicolás de Villafranca del Bierzo, dentro del Festival “Música en Villafranca” (20 horas). Halffter y Frías pasarán del universo musical de Jorge Grundman, siempre intimista y nostálgico, al mundo sinfónico de Gustav Mahler.
Jorge Grundman volverá a regalar el sábado al público de Villafranca del Bierzo parte de su enorme talento musical. Si en la pasada edición de este Festival “Música en Villafranca” estrenó su “Sonata para chelo y piano”, dedicada a los héroes del Covid, este sábado nos presenta en exclusiva “No hay tantas lluvias diferentes”, obra para dos pianos encargada por la organización para su estreno en esta edición del Festival.
En esta composición, Grundman -él se define como un “contador de historias”, más que como “compositor”- refleja la nostalgia que nos produce una tarde de lluvia vista a través de los cristales de una ventana. Para ello, un piano comienza su relato, que continúa el segundo recogiendo las notas finales del primero, complementándose así uno al otro a lo largo de la composición. Las notas y el estilo de la obra producen para el espectador el efecto sonoro de las gotas de lluvia que van cayendo sobre el cristal, de forma fiel al estilo musical de Jorge Grundman, que él mismo nos apunta: “Solo trato de contar historias a través de la música, y lo hago de la forma más sencilla posible, casi ingenua. Quiero que la gente encuentre mi música emotiva y conmovedora, y también, en la medida de lo posible, que la vuelva a escuchar”.
Mahler, que se presenta a continuación, no es un compositor desconocido para Halffter y Frías, quienes ya han interpretado su música en un ciclo de conferencias y música de la Fundación BBVA, y en las dos últimas ediciones de este Festival “Música en Villafranca”. En esta ocasión interpretarán la Sinfonía número 4, obra compuesta para soprano y orquesta pero que en San Nicolás se interpretará a dos pianos. Al contrario de las intenciones musicales de Grundman, la música de Mahler desafió a su época, las métricas, la instrumentación, la orquestación y la música culta misma. De ahí los contrates del programa de los que hablábamos al principio. A caballo entre dos épocas políticas y culturales distintas, Mahler representa el cambio cultural que se preparaba a finales del siglo XIX, y se convierte en el puente que muestra las maravillas de la época romántica y el terrible futuro que se avecinaba en la Europa de comienzos del siglo XX.
Éste será el segundo concierto del Festival, tras el buen sabor de boca que dejó el del sábado pasado de Eduardo Frías, que interpretó obras de Chopin, Granados, Grundman y Scriabin. El público, que casi llenó San Nicolás, disfrutó al máximo de un concierto tremendamente emotivo en el que el intérprete puso el plus de brillantez extra para que esa tarde sea aún recordada. Frías, capaz de combinar una técnica sofisticada con su extrema sensibilidad, sobre todo a la hora de interpretar su repertorio más romántico, creó una perfecta comunicación entre él y la audiencia, y con la precisión en los tratamientos rítmicos, cohesión narrativa, necesaria solidez artesanal y el bienvenido esfuerzo de diferenciación sonora de cada obra, compusieron una rica paleta expresiva, que significaba la escritura romántica en todo su esplendor.