Cultura
Sancedo insta a la Junta a declarar BIC el conjunto de Cortines del Valle del Rigo
El Ayuntamiento aprobó en pleno, una moción del Grupo Socialista para solicitar a la Consejería de Cultura y Turismo que inicie el procedimiento para catalogar como Bien de Interés Cultural al conjunto de Cortines situados en Ocero
El Ayuntamiento de Sancedo aprobó el pasado viernes en Pleno una moción presentada por el Grupo Socialista, para instar a la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León a iniciar el procedimiento administrativo para catalogar como Bien de Interés Cultural (BIC) al ‘Conjunto de Cortines tradicionales del Valle del Rigo’, ubicados en la localidad de Ocero.
En el año 2018 la Junta de Castilla y León concedió por primera vez al Ayuntamiento de Sancedo un Programa Mixto de Formación y Empleo en actividades de conservación y mejora de montes. En los trabajos que desarrollaron en monte público de Ocero, rescataron del olvido un conjunto de antiguos colmenares, que en León y Asturias reciben el nombre de “cortines” y que en Galicia se conocen como “alvares o alvarizas”, y que son una muestra de la arquitectura tradicional del noroeste peninsular, siendo su presencia residual en otras partes de España.
“Desde el Ayuntamiento estamos trabajando para desarrollar de manera conjunta la belleza natural de nuestro municipio y el patrimonio etnográfico, creando una senda natural que comunique y haga fácilmente accesible y visitable el patrimonio que posee el monte público de Ocero, en el que no solo hay cortines, sino también distintos vestigios de minería”, ha señalado el Alcalde, Marcos Álvarez.
“Consideramos que la declaración como BIC de los Cortines ayudará a su conservación y recuperación, y aumentará el atractivo turístico de la zona, lo que esperamos favorezca el desarrollo de servicios de los que actualmente carecen nuestros pueblos y que contribuya al cese de la sangría demográfica y el envejecimiento de la población del municipio”, ha añadido.
Los Cortines son edificaciones apícolas propias de la arquitectura tradicional del noroeste peninsular; construcciones generalmente circulares con muros altos, que servían para defender las colmenas ante posibles ataques de depredadores (fundamentalmente del oso). La apicultura era un complemento a la economía de subsistencia de los habitantes de la zona en los siglos pasados, centrada en la ganadería y agricultura; la miel obtenida era muy importante como alimento y como medicina (posee propiedades antiinflamatorias y cicatrizantes); también era muy valiosa la cera, para la iluminación y la impermeabilización de recipientes cerámicos y de telas o lienzos con los que se cubrían las ventanas de las casas, con el objeto de proteger del frío la estancia pero permitiendo la entrada de luz; destacaba también su uso en el ámbito religioso, con el uso de cirios y la creación de ofrendas para la curación de una enfermedad, o para agradecimiento.
La mayor parte de los Cortines se abandonaron por diferentes motivos como el retroceso de las poblaciones de osos a finales del siglo XIX o la reconversión de la población a actividades industriales próximas como la minería.
El conjunto de cortines del valle del Rigo es de una extraordinaria singularidad, y posee un gran valor como conjunto etnológico como ejemplo de arquitectura, pues se trata de un número muy amplio (11 colmenares más otros tres posibles, prácticamente contiguos entre sí), en un tramo de valle muy reducido (1’34 km), en una franja de ladera dedicada en su día únicamente a esta actividad.
Normalmente estas construcciones están más aisladas o forman grupos mucho más reducidos. A esto, hay que añadir que al final del valle, en el término de San Vicente (Municipio de Arganza) hay otros 5 cortines y evidencias de algunos más, que actualmente están en proceso de estudio por parte del arqueólogo Rodrigo Garnelo Merayo.
En total, el valle en su conjunto cuenta con 16-20 Cortines en una distancia de aproximadamente tres kilómetros. Se trata, pues, de un conjunto muy amplio en una zona muy reducida ubicada en Monte Público que comparten las localidades de Ocero, San Vicente y Espanillo, y que actualmente mantiene las características paisajísticas por las que fue escogido en su día para su dedicación y desarrollo de la apicultura. Si bien se desconoce su fecha de construcción, es posible que ya existiesen en el siglo XVIII (época en la que aparecen documentados más de 300 colmenas en Ocero, 210 en Sancedo y 54 en Cueto), pudiendo ser incluso anteriores.
El Ayuntamiento de Sancedo lleva desde 2018 invirtiendo los recursos de las subvenciones de la Junta en potenciar su riqueza turística natural, con la documentación, restauración y puesta en valor de patrimonio, tanto los vestigios de la minería de hierro y oro, como el conjunto de Cortines del Valle de Rigo, y confía en que la Consejería de Cultura y Turismo atienda su petición para obtener la declaración de BIC.