¿Sabías que?
Un equipo de la ULE finaliza con éxito las excavaciones en Vigaña (Asturias)
El proyecto ‘La formación de los paisajes del NO peninsular en la Edad Media’ está dirigido por la profesora de Historia Medieval, Margarita Fernández Mier.
Margarita Fernández Mier, profesora del Departamento de Historia de la ULE, dirige el proyecto de investigación ‘La Formación de los paisajes del NO peninsular en la Edad Media’ en el que un equipo de investigadores y estudiantes universitarios coordinados por los arqueólogos David González Álvarez (Universidad Complutense de Madrid), Cesar Martínez Gallardo y Pablo López Goméz ha realizado, durante este verano, excavaciones en el entorno de Vigaña, localidad situada en el municipio asturiano de Belmonte de Miranda. El proyecto está financiado por la secretaría de Estado de I+D+i del Ministerio de Economía y Competitividad y actualmente trabaja en dos áreas geográficas distintas a ambos lados de la Cordillera Cantábrica: Asturias y León.
La investigación de este equipo de especialistas trata de conocer la evolución del paisaje de las áreas montañosas de la Cordillera Cantábrica entre la Prehistoria reciente y nuestros días, con especial atención al período medieval. Intentan así valorar la relevancia de las actividades cotidianas de los grupos humanos que habitaron este territorio durante los últimos milenios en la construcción cultural del paisaje. Fruto de esta intensa labor investigadora, Vigaña se ha convertido en el último mes en un foco de atención tanto para medios de comunicación como investigadores ya que a inicios del mes de julio salió a la luz que este equipo confirmaba el hallazgo del primer asentamiento neolítico al aire libre localizado hasta el momento en Asturias. Este hecho generó la visita de especialistas como Adolfo Rodríguez, prehistoriador de la Universidad de Oviedo y director general del Principado de Asturias, quien valoró muy positivamente los hallazgos y los planteamientos aplicados por el equipo coordinado por Fernández Mier.
La implementación de la denominada ‘Arqueología del Paisaje’ ha supuesto –según señala Fernández Mier- “un importante revulsivo para la investigación arqueológica asturiana. Como resultado de ello, en Vigaña se conoce actualmente una secuencia ocupacional prácticamente ininterrumpida que abarca unos 2.500 años entre la Edad del Hierro y la actualidad, además de las referencias más distantes de los grupos nómadas del Neolítico que poblarían este territorio en una horquilla comprendida entre hace 6.000 y 5.000 años. Algo excepcional en el panorama investigador regional”La labor de campo de la presente campaña se ha centrado en dos espacios ya explorados previamente, el poblado fortificado de El Castru, habitado entre la Edad del Hierro y la época altoimperial romana, y la iglesia parroquial de San Pedro de Vigaña, en cuyo entorno se ha excavado extensamente una necrópolis medieval con indicios de ocupaciones desde época romana.
En el entorno de la iglesia parroquial de San Pedro de Vigaña “han sido identificadas más de 50 tumbas con distintas tipologías constructivas que aportan datos de la secuencia de ocupación de la aldea desde el período altomedieval hasta nuestros días con algunas informaciones que apuntan a época romana. Lamentablemente, el estado de conservación de los restos antropológicos recuperados no ha sido tan favorable como en la anterior campaña de 2011”. El poblado castreño de El Castru se ha situado como el segundo foco principal de la campaña de excavaciones de 2013, continuando los trabajos iniciados el pasado año.
“La superficie excavada hasta el momento ha permitido a los investigadores reconocer parcialmente dos cabañas y un espacio metalúrgico para el trabajo del bronce. Los resultados tienen gran interés ya que por un lado, el sustrato geológico del poblado ha permitido que algunos materiales, como los elementos metálicos o los restos óseos, se hayan conservado de manera excepcional. Con lo que podrán derivarse interesantes investigaciones referentes a la elaboración artesanal de utensilios metálicos o al estudio de la cabaña ganadera y los patrones de consumo de carne de los habitantes de este castro; y por otro, constituyen una novedosa aportación de datos sobre el área montañosa del centro de la región que hasta ahora no se había llevado a cabo.
A partir de ahora se procederá al análisis de los datos obtenidos y la elaboración de interpretaciones. No obstante, -destaca la profesora Margarita Fernández Mier- los resultados obtenidos en Vigaña tienen su relevancia más allá del nivel puramente investigador. “La lectura histórica del paisaje rural ha de situarse como un punto fuerte de cara a la gestión de este territorio; las nuevas políticas agrarias y ganaderas no pueden obviar las prácticas productivas del pasado, que pueden servir de referentes para la elaboración de nuevas planificaciones territoriales, y los datos obtenidos pueden constituir un recurso útil para estas zonas con tan alto índice de despoblación”. Y concluye con una proyección de futuro: “El Patrimonio cultural que albergan estas montañas puede ofrecer oportunidades de desarrollo para sectores como la educación o el turismo”. Sin embargo, Margarita Fernández no puede evitar reflexionar sobre “la incertidumbre que envuelve a los proyectos de investigación, ya que los problemas en la financiación de la Ciencia y los severos recortes en investigación básica impiden que por el momento los investigadores conozcan si podrán proseguir son sus excavaciones el próximo año, al igual que los retrasos en las convocatorias estatales para proyectos de investigación hacen hoy casi imposible que se cuente con recursos suficientes para afrontar una nueva campaña de excavaciones en Vigaña el próximo verano”.